Como colecho se entiende dormir con tus hijos. Se puede hacer desde dormir en la misma cama, como tener una cuna especialmente diseñada para ir adosada a la cama familiar.
La raza humana desde que eramos unos primates que vivíamos en cuevas, ha practicado el colecho. Es solamente en el último siglo, con la llegada de casas con varias habitaciones, que se separa a los bebés para que duerman lejos de sus padres.
Una de las ventajas del colecho es que el bebé mamará más a menudo, sin perturbar el sueño de su mamá, así todos dormirán más. La comodidad de no levantarse de la cama, sobre todo en invierno, hace que la madre y el bebé vuelvan a dormirse enseguida.
Otra de las ventajas es que el bebé nota tu presencia de forma continua, así si se despiertan sobresaltados son atendidos rápidamente unicamente extendiendo la mano.
Al ser atendidos rápidamente, permanecen más tiempo en la fase de sueño profundo y además lloran mucho menos. También la proximidad, signidica menos riesgo de enfermedades, al tener el bebé más oportunidades de mamar.
La mayor oportunidad de amamantar que tiene el bebé se traduce en una menor incidencia de enfermedades.
En Países como en Japón, donde el colecho es la norma, el índice de muerte súbita del lactante es uno de los más bajos del mundo. Los padres atienden rápidamente al bebé si vomita o necesita más atención. El colecho ayuda a madurar el rítmo respiratorio del bebé. El bebé imita la respiración de la madre y se reduce el riesgo de apneas.
Las primeras semanas, la sincronización entre mamá y bebé, hacen coincidir sus ciclos de sueño. La madre despierta minutos antes de que se despierte el bebé y al estar junto a él, se evita despertar al resto de la familia.
Estudios en gemelos indican que la presencia de otra persona en la habitación de la incubadora mejora significativamente el rítmo cardíaco y la presión sanguínea.
Actualmente se estudian unos receptores en la nariz del bebé, que podrían incidir en su forma de respirar. Se baraja la posibilidad de que el olor de la madre y su respiración estimulan estos receptores, afectando a la respiración del bebé.
Uno de los estimulantes de la respiración es el dióxido de carbono exhalado al respirar.
Midiendo el dióxido del aire exhalado de una madre que dormía con su bebé, se confirmó que existe más cantidad de dioxido de carbono en el aire exhalado. Esto indica que a mayor concentración de gas producida por la madre, se estimula la respiración del bebé.
